Mientras caminábamos dentro del espesor de la Selva Amazónica, comenzó a llover. No estoy hablando de unas gotitas, sino lluvia fuerte y pesada. Al instante nos empapamos.
Algunos considerarían esto una experiencia negativa. Hasta cierto punto, admito que no me gustó el hecho de que me quede con la ropa mojada, sin embargo, como dijo el primo Dave, "esto hace que la experiencia sea más real". Estoy de acuerdo. No sólo fuimos capaces de ver y caminar alrededor de una parte de lo que es la selva tropical más grande del planeta que alberga una de diez especies conocidas de plantas y animales en el mundo, hemos sido capaces de experimentar uno de los factores más importantes que da vida a la Amazonia. ...................................................................................................... El día anterior visitamos una ciudad que me dejó admirado, Papallacta. El solo manejar por esta área es una experiencia maravillosa. Las hermosas montañas verdes tenían nubes que rodeaban su alrededor. Cada nube destacaba la belleza de las montañas que continuaban más allá de lo que se podía ver. Papallacta, un pueblo en que se requiere usar una chamarra, es conocida por sus aguas termales. David y yo, casi temblando, decidimos visitar a este fenómeno natural. Así, entramos a un lugar local y vimos al humo del calor del agua que se levantaba en medio del frío de la ciudad. Déjeme decirle que tan pronto al entra en el agua caliente y refrescante, todos los problemas de la vida parecen desaparecer. Hay una paz que fluye. ...................................................................................................... El día siguiente nos fuimos a la Selva Amazónica. Sería ridículo de nosotros que estamos Recorriendo Latinoamérica, no visitar una de las partes más importantes y diversas del mundo. Al llegar a una ciudad cuyo nombre es Misahuallí, nos encontramos con unos Chilenos y un Argentino quienes también buscaban caminar la Amazonia. Después, nos encontramos con un local que dijo que nos podía llevar en su barco y guiarnos por la selva. Nos subimos al barco y al instante, la experiencia fue fascinante. Se sentía como una escena de una película, excepto, por supuesto, no habían nativos tirándonos dardos. Mientras andábamos en el barco, a la orilla del rio se veían todo tipo de variedad de árboles. Por millas uno podía ver el color verde mientras los árboles parecían estar por encima de los otros debido a las montañas que rodeaban los ríos. Después de un viaje de 45 minutos, paramos y comenzamos nuestra primera caminata en el espesor de la selva tropical. En este primer lugar, llegamos a lo que se conoce como Amazoonico. Es un lugar de refugio para los animales de la zona y un lugar que ayuda a preservar la selva tropical. Los locales y los extranjero llegan a servir y para ayudar a la causa. En este lugar, fuimos capaces de ver una variedad de aves, monos, cocodrilos, tortugas, plantas, árboles y insectos. Es increíble ver la diversidad en constante cambio. Hay todo tipo de hoja que ayuda dar nutrición a la tierra, todo tipo de animales e insectos que luego son presa natural de otra variedad de animales. Alrededor de una hora y media más tarde, nos subimos de nuevo al barco, y después de comer, fuimos a otra parte de la selva. Tan pronto como llegamos, comenzó a llover. Al instante nos empapamos. Agarramos unos hojas grandes de parte de una planta para usarlas como paraguas, pero la lluvia era muy fuerte. El trabajo fue en vano. Esta zona tenía un aspecto completamente diferente a la de la antigua ubicación. La tierra se sentía diferente (no simplemente por causa de la lluvia) y había otra variedad de arboles, insectos, fruta, y animales. En este lugar pudimos ver algunas practicas indígenas que los nativos usaban para cazar y atrapar una selección de animales como de puma hasta serpientes. Un ejemplo de cómo atrapar a un animal era rodear un área con palos mientras dejando una abertura. Dentro de la abertura se dejaba un pedazo de comida y un alambre que una vez que lo tacaban, impulsaba a un árbol sobre el animal. Al instante el animal muere cual después es comida para los nativos. Poco después, visitamos una comunidad de indígenas que siguen viviendo en la selva, pero muchos de ellos no continúan vistiéndose con ropas tradicionales. Aquí fuimos testigos de una danza tradicional, y nos dieron a probar una comida y una bebida. Ambos deliciosos. A continuación, algunos de los niños querían jugar con nosotros, así que tocamos los instrumentos con ellos y en un momento diferente, jugué fútbol con los niños. Posteriormente, nos fuimos a casa. ...................................................................................................... Una cosa que no puedo dejar de pensar en cuanto a la Amazonía que incumbe también a cada uno de nosotros, es la importancia de la tierra para nuestra supervivencia. Ahora, de ninguna manera me considero un hippie. Pero el decir que no dependemos de la tierra para nuestra supervivencia es algo ridículo. Por difícil que pueda parecer para algunos de nosotros que nos consideramos individualistas o híper-independientes, la verdad es que de ningún modo somos independiente. Nosotros somos dependiente en cada instante de nuestras vidas. En este momento todos los seres humanos dependen del agua que no han creado, los alimentos que comieron, de oxígeno y así sucesivamente. Todo esto es parte del ciclo de la naturaleza que si maltratamos, puede afectar a los medios de vida de las personas. Si la deforestación continúa en la Amazonía, todo tipo de animales y plantas, insectos se ven afectados. No sólo esto, sino los seres humanos se ven afectados también. De la misma manera, si seguimos negativamente afectando a la naturaleza que nos rodea, nosotros también vamos a ser afectados negativamente: ejemplo, Flint Michigan. El maltrato del agua ha llevado una agua envenenada a una comunidad acosada y marginada por aquellos en el poder que todavía no hacen nada. Como Cristiano, mi llamado es señorear a la tierra. Siendo que considero que la tierra le pertenece a Él, es importante que yo sea un buen administrador que no abusa de lo que Él nos ha dado, porque no sólo sería desobediencia, sino que también afecta a mi vecino a quien debo de amar, afecta a las futuras generaciones y afecta a mi propia fuente de supervivencia. Un reflejo breve sobre nuestro recorridoEscrito por Edgar Bear Después de haber recorrido nueve países por carretera en cuatro meses, logramos llegar a la mitad del mundo.
Después de haber manejado a través de montañas, bosques, lluvia, tiniebla, la costa, por la noche, cansados, durante el día y llenos de energía, llegamos a la mitad del mundo en Ecuador: Latitud 0-0'-0". ¿Cómo se siente? Se siente como que si hubiéramos logrado una meta. Sin embargo, al mismo tiempo, nos queda mucho camino que recorrer. Al reflexionar, sí, el haber llegado a la mitad del mundo es algo por cual estar alegre. Es un lugar de belleza donde el norte, el sur, el este y el oeste se encuentran. Es un lugar que puede ser sorprendentemente frío. Sorprendente, porque toda mi vida me dijeron que el ecuador era caliente. Nada que ver. Esta fresco, y por la noche, puede hacer frío. Sin embargo, en cuanto al recorrido, el haber llegado a la mitad del mundo puede ser visto como una representación de la mitad de nuestro camino. Durante la primera mitad de recorriendo Latinoamérica, hemos experimentado mucho. Hemos tenido largas conversaciones con los locales de ocho países sobre todo tipo de temas, desde la política, la religión, las relaciones, los viajes, el trabajo, la naturaleza, hasta la ciencia y la familia. También, hemos tenido grandes momentos de risa donde uno no puede parar de reír. Hemos sentido el amor de la gente por medio de la hospitalidad donde nos reciben con besos, un lugar para dormir y con comida. En cuanto a la comida, hemos probado todo tipo de verduras, carne, dulces, frutas, bebidas, arroz, y pan; los nombres son difíciles de recordar. Sin embargo, cada plato de comida es única. Al reflexionar, he aprendido mucho. Empecé este viaje con mis propios prejuicios y pensamientos. Sin embargo, al conocer gente; al reírme con ellos; al compartir mis pensamientos y creencias y al que ellos compartan las suyas; al ver la forma en que las familias se aman; y al ver la impresionante, siempre cambiante, naturaleza, me he quedado anhelando, sorprendido y con un deseo de continuar. Me he quedado con anhelo porque deseo que mis amigos, mi familia, inmigrantes, personas que conozco que dicen cosas racistas; básicamente, deseo que la gente de todo origen conozca las diferentes culturas y la tierra que he llegado a apreciar. Deseo que conozcan la bondad de la gente a pesar de los desacuerdos en la política y creencias religiosas. Una persona no representa a todo un pueblo. Me he quedado sorprendido por dos razones: la primera razón es por causa de la naturaleza y la segunda por la falsa representación de los Latinoamericanos. En cuanto a la naturaleza, sí, entiendo porqué muchos piensan que todo país latino es “igual”. Pero, eso no tiene nada que ver con la verdad. Con el viajar unos pocos kilómetros en cualquier país, hay diversidad inmensa. Los países que no me llamaban la atención, he llegado a reconocer que son ricos en belleza desde las montañas, los árboles, los océanos, los lagos, y los ríos. Soy de las personas que creen que Dios se revela en la naturaleza. Y a medida que viajo, me he quedado asombrado con la bondad de su creación. En cuanto a la representación equivocada de la gente, no sé cuántas veces me han dicho que no vaya a México por causa de inseguridad, sin embargo, fue y es seguro. También he escuchado a la gente que cree que todos los latinos son mexicanos y que cree que todos los latinos tienen el mismo aspecto. Esa gente esta demasiado equivocada Pero no me malinterpreten. No soy una de esas personas que vive en una falsa realidad que no sabe cómo andar por las calles y que cree que todo es perfecto. De ningún modo. Pero si digo que las cosas que a menudo escuchamos y que se creen acerca de las personas Latinoamericanas son, por la mayor parte, equivocadas. Un buen ejemplo sería Colombia. Hay un tremendo miedo de entrar a ese país hasta el punto que algunas personas incluso creen que hay cocaína siendo vendida en cada esquina. Completamente incorrecto. La mayor parte de la población es buena gente, pero al igual que en todo país, sí hay algunos pocos que causan daño. Entonces, estoy sorprendido por causa de la falsa representacion de los latinos. Sin embargo, al mismo tiempo, tengo que decir, estoy positivamente sorprendido por causa de la bondad de la gente. Por último, hay un deseo de continuar el viaje. El recorrido no ha terminado. Tenemos ocho países mas para recorrer; cada uno con su propio tipo de diversidad en cuanto a la naturaleza y las personas. Deseo conocer nuevos lugares, música, prácticas familiares y diferentes formas de hospitalidad y amor. Pero volviendo a la mitad del mundo, al reflexionar, en este momento, me siento agradecido. Le quiero dar gracias a la gente que nos ha ayudo. Que Dios esté con ustedes. Muchas gracias. Y también doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de ver su belleza en Su creación, la naturaleza, y de ver la diversidad de las personas. By David Leija Bear“¿Pasaporte? Listo. ¿Guitarra? También. ¿Mochila? Ya esta. Fuímonos!” Acababa de meter la camioneta a un contenedor para embarcarla y mandarla desde Colón Panamá, hasta Cartagena, Colombia. Batallé al salir por la puerta de atrás de la camioneta ya que estoy bien cuadrado y grande (ya quisiera). Imaginate la cosa con menos gracia que jamás has visto en la vida; algo asi aparenté. Batallé tanto porque mi primo había instalado unos cajones de seguridad reforzados y luego al lado de esos cajones, había una disque regadera que, claro, jamás hemos usado. Al salir del contenedor y cerrarlo con candado pensé, “Ya estuvo. Ya no nos podemos regresar –o acabamos o acabamos!” De ese momento en adelante estábamos en las manos de Dios aún más. Estábamos sin vehículo hasta que voláramos sobre la selva incruzable de Darien y llegáramos a sacarlo en el puerto de Cartagena, Colombia, ubicado en el siguiente continente. Adelantémonos unos cuantos días increíbles (my primo Edgar escribió sobre ellos en su blog, léanlo!) y llegamos a la capital cumbiambera del mundo, Colombia.
*** Nos despertamos esa mañana en el aeropuerto y nos subimos a un taxi para llegar a la casa de la familia con quien nos íbamos a hospedar. Siempre soñaba con ir a Colombia y aunque ya estuviera acostumbrado a estar en America Latina, pude distinguir el sabor caribeño que rodeaba Cartagena. Estaba tan cansado esa mañana pero mi emoción de estar cumpliendo un sueno me daba pilas para seguir adelante y disfrutar del paisaje. No nos tardarmos mucho en llegar a la casa de la familia Arciniega donde nos iban a recibir nuestros nuevos amigos de por vida, Paulo y sus padres. No los conocíamos aún pero al llegar sentimos una alegría al ser recibidos con los brazos abiertos. Hubo un ambiente lleno de amor en esa casa. Se sentía la presencia de Dios. Paulo es un estudiante de percusión en una universidad privada en Bogotá. Estaba de vacaciones de la universidad y pasando los días festivos con la familia. Su primo/vecino/compañero de casa en la universidad/guitarrista y chavo buenísimas onda, Andrés, andaba en las mismas. Andrés, vive al lado allí en Cartagena con sus padres, abuelos y hermano menor –mi tocayo y el chavo de 14 años mas trucha que jamás he conocido en la vida, Juan David. Esta era la gente con quien, sin intenciones de quedarnos tanto tiempo, íbamos a vivir y compartir el próximo par de semanas. Aún no sabíamos que estábamos a punto de conocer a una de las personas más interesantes que habíamos conocido en el recorrido, Liney –el detalle es que estaba trabajando esa mañana. Entramos a la casa como limosneros (por lo menos asi me sentía, todo greñudo) por el hecho de habernos quedado a dormir en el aeropuerto esa noche. El calor caribeño me dio un cansancio más fuerte del que ya tenía desde que no estaba acostumbrado. Luego de un poco de conversación nos echamos una pequeña siestecita hasta que nos despertaramos para el almuerzo y un poco de sobremesa. La Sra. Arciniega se aseguró que probáramos un platillo tradicional colombiano diferente cada día acompañado con agua fresca de sabor . Esto solamente era una probadita de la hospitalidad que íbamos a recibir. Nos enamoramos de Colombia más rápido de lo que puedes decir, patacón. Ya que me había despertado después de la siestecita, sali al patio y me pego un solazo deslumbrante y a también las ganas de bailar por la música del vecino como si me dijera, “Bienvenido a Cartagena David ;)”. Cada dia sentí lo mismo –tanto que si no se escuchaba música a todo volumen afuera… como algo estaba mal. Lo que realmente me encantó fue que esto era la vida cotidiana y nada fuera de lo común. Senti que enfin había encontrado a mi gente. Cartagena era el lugar donde todo mundo era igual de alegre y ruidoso que yo. Caminando por la calle y hablando con la gente me di cuenta de que Colombia no era tan distinto a México. De hecho, encontraba consuelo al ver que enfrentamos problemas y dichas similares; encontré que nos llevábamos super bien con los Colombianos. Colombia tiene una cultura tan fuerte y a la vez, muy suya. Igual que México la cultura cambia de región a región. El area del norte en donde estábamos nosotros es reconocida por su comida deliciosa, su genta alegre, bonita y amigable; y tal vez lo mas famoso de la región que es su cultura musical y patrimonio del país –el vallenato. La música vallenato es considerada como un patrimonio cultural inmaterial de acuerdo al UNESCO- (la organización de las naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura) como lo es el mariachi en México. Colombia tiene una cultura tan fuerte en cada sentido de la palabra, que no necesita comparación (ya sé, ya sé, la acabo de comparar a México… pero saben a que me refiero!) Colombia es Colombia –que mas se puede decir? Como si eso no fuera suficiente, el 87% de la gente encuestada en Colombia por el WIN/Asociación Gallup Internacional reportaron que eran felices. De todos los países encuestado, Colombia tuvo el porcentaje más alto de gente feliz haciéndolo el país más feliz DEL MUNDO en el 2016. Se nota esa alegría en la gente al caminar por las calles históricas del centro de Cartagena. Caminando por encima de las murallas que rodean el centro de la ciudad mientras disfrutábamos de un café tinto –la especialidad Colombiana, sentí una tranquilidad imensa. Uno de mis momentos favoritos en Cartagena, y en la vida, era caminando en las murallas mientras que el sol bajaba sobre el mar al atardecer. Dentro de las murallas hay ventanitas donde se sientan las parejas jóvenes a disfrutar de los sonidos de las holas chocando contra las paredes mientras el sol desaparece en el horizonte. Es un lugar verdaderamente encantador. Si caminas más hacia el centro vas a topar con una de las inumerable plazas nombrada por el libertador, Simon Bolivar. Por la noche hay espectáculos culturales de baile y música afro-colombiana folclórica y tradicional. Asegúrate de encontrar a un tintero para que puedas disfrutar de un cafecito colombiano que venden por todas partes. Es una delicia y amplificará lo que hagas en todo momento. Gracias a Dios pudimos hacer esto una y otra vez ya que al fin de cuentas nos tuvimos que quedar en Cartagena por tanto tiempo. Lo que pasó fue que tuvimos dificultades tramitando los documentos de la camioneta junto con la persona con quien compartíamos el contenedor y debido a eso, no tuvimos opción más que quedarnos en Cartagena hasta que todo estuviera en orden. Originalmente habíamos planeado quedarnos solamente tres días y pasar el año nuevo en Barranquilla y desde allí seguir con el viaje. Desde entonces hemos dejado de hacer planes porque nuestros planes nunca pero nunca salen. Después de un rato ya nos empezó a dar pena por haber estado tanto tiempo pero la familia Arciniega se aseguró de que nos sintiéramos como en casa en todo momento. Estoy seguro que Dios los puso en nuestro camino para prepararnos para lo que teníamos por delante; una familia tan calurosa, una viajera experta en Liney que ha hecho este recorrido DOS veces y hermanos musicales en Paulo y Andres. No cabe duda. En fin, después de un proceso demorado y agotador (mi primo escribe sobre ello en su blog, Panama, léanlo!) recuperamos la camioneta! El tiempo había llegado para que siguiéramos en nuestro camino. La brisa y la carretera nos llamaban -pero no antes de llevar a cabo una aventura más; por sugerencia de la Sra. Arciniega. Nos comentó que quería echarse un viajecito al mar con toda la familia. El día siguiente hicimos justamente eso. Como la familia burrón nos subimos todititos a la camioneta –las mamás, los abuelitos, la tia, los primos –a toda la banda y nos fuimos a Playa Blanca en el mar caribe para pasarla juntos un día más. Solo había pasado un par de semanas pero me sentí como si conociera a esta familia toda la vida. Comimos, conversamos, bailamos y gozamos durante esas dos semanas. Nuestro tiempo en Cartagena ya había llegado a su fin, pero nuestro amor por Colombia apenas había comenzado. Puede que suene como tontería ya que hemos llegado tan lejos pero durante los primeros siete países que recorrimos en esta gran odisea... tuve mis dudas. El sueño de recorrer el resto del continente no se me hacia verdadero y sentía que se podía acabar en cualquier momento sea por falta de dinero, fallas automovilísticas u otra de las innumerables cosas que podían ocurrir. Lo que si mantuve en la mente fue que las ganas no nos iban a faltar. Pero todavía me faltaba… algo. El momento en el que subimos el carro al contenedor para enviarlo alrededor del tapon del Darien y que cruzamos esa famosa selva en avión, fue el momento en el que supe que íbamos a cumplir nuestra meta y llegar al final del mundo. Todo el proceso de atravesar la frontera más difícil de cruzar en las americas solo fue una prueba. Conocimos Sud América a través de Colombia y no pudimos haber tenido mejor introducción. Ahora que vamos en camino hacia el noveno país del viaje me siento seguro. Siento que entre más fronteras cruzamos, se van derrumbando nuestras fronteras mentales y lo más lejos que llegamos, lo más que crece el sueño. El famoso escritor brasileño, Paulo Coelho escribió que, “La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante”. Tomando eso en cuenta, entonces por qué es que no nos atrevemos a soñar más allá de lo que nos imaginamos? Y ese sueno puede significar algo diferente para todos nosotros. En EEUU nos dicen eso desde la infancia pero realmente lo creemos? Mis sueños nunca han sido tan grandes como lo son ahora pero la diferencia es que ahora, gracias a la gente que tengo alrededor de mí, creo en ellos. Ahora que he empezado, jamás bastaré. Al cruzar esta frontera hemos pasado el punto en donde no podemos regresar (por lo menos en mi mente) y estamos listos para enfrentar cualquier reto. Entré a Sud América con incertidumbre. Ahora la única cosa de la cual estoy incierto es si llegue el día en que me voy de este lugar el cual hemos llegado a querer como a casa. |
David LeijaMuchacho dicharachero enamorado pero muy sincero eso si. Edgar BearEdgar es cristiano. Le encanta el futbol, viajar y conocer a la gente. Archives
January 2017
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